Los agentes hemostáticos son una herramienta crucial en la gestión de la hemorragia, ya que ayudan a detener el sangrado y a prevenir la pérdida de sangre excesiva. Estos agentes funcionan mediante la promoción de la coagulación sanguínea y la formación de coágulos para detener el sangrado.
El IFAK es un elemento esencial en el equipo de cualquier persona que se encuentre en situaciones de riesgo o en zonas remotas. Debe contener todo lo necesario para controlar la hemorragia y tratar otras lesiones graves.